Para los cristianos, el Arcángel Miguel es el presentador del hombre ante Dios en el momento de la muerte y encargado de pesar las almas de los muertos.
Es habitual ver en muchas representaciones iconográficas a San Miguel Arcángel pesando almas y mirando hacia el frente sin ser distraído por el demonio que intenta inclinar la balanza a su favor.
El equilibrio es el emblema de la balanza, ya que mide y evalúa las acciones y pensamientos de la persona fallecida.
También representa la capacidad de permitir a los seres humanos a pesar de cada una de sus experiencias, ver el valor “justo y real” de todas sus acciones.
El equilibrio evoca de esta forma el primer paso para mirar hacia atrás en los acontecimientos vividos durante toda la vida para así evaluar y sacar las conclusiones pertinentes.