Pues en la Corte del Cielo gozais tan altos blasones: Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Sóis el primer General de las angélicas huestes, que en las mansiones celestes cantais el himno triunfal, vencido vuestro rival Luzbel, con su torpe anhelo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Vos, al pueblo de Israel por el desierto guiasteis y siempre por el velasteis para que a Dios fuese fiel, dándole por pan aquel Maná que bajó del Cielo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. De la Divina María fuisteis custodio leal, y embajador especial de quien Cristo se valía cuando a su Madre quería consolar acá en el suelo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Cuando Cristo en oración estaba en el Huerto, triste, Vos del Cielo le trajiste el consuelo en su aflicción; le animaste en la ocasión de su mayor desconsuelo. Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo.
Mucho aprecio en el juicio de Dios, vuestra mano alcanza, pues os fía la balanza para hacer de juez oficio; y pesáis virtud y vicio del grande y del pequeñuelo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Las empresas más gloriosas Dios y trino os confía y emplea vuestra valía en las más dificultosas; hacéis obras tan pasmosas que admiran a tierra y cielo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Abogado y protector de la Iglesia militante, cuidáis siempre vigilante de darle auxilio y favor; y cuando el riesgo es mayor, mayor es vuestro desvelo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Llíria, vuestra ciudad fiel os aclama venturosa y se tiene por dichosa en serviros de escabel. ¡Oh Príncipe San Miguel, protegedla desde el cielo!
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Vuestras mercedes copiosas lluevan sobre el Monasterio y defended con imperio sus pretensiones piadosas; pues siempre las Religiosas honraron quieren con celo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. A los muchos peregrinos que os visitan cada día sedles protector y guía de la vida en los caminos; los beneficios divinos derramad sobre este suelo.
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo. Pues en la Corte del Cielo gozáis tan altos blasones;
Dad a nuestros corazones, Arcángel Miguel, consuelo.
V). Ruega por nosotros, San Miguel Arcángel, Principe de la Iglesia de Cristo.
R). Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oración
Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los hombres; te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por el Arcángel San Miguel que te asiste continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
La obra se ubica en Valencia, España.
Autor Miguel Alonso Tomás,
contribuido por Carlos Tárrega Momblanch.
Buenos días he rezado de buena mañana san Miguel arcangel te pido mucha protección contra el demonio contra mis enemigos de mi entorno contra los que me quieren ver sola por favor ayúdame a tener poder mental protejerse amis hijos y dadme consuelo en tus consuelos gracias AMÉN
Te pido y necesito de ti san Miguel arcangel