Noble príncipe de las Jerarquías Angélicas, valiente guerrero del Altísimo, amante celoso de la gloria del Señor, terror de los ángeles rebeldes, el amor y el deleite de todos los ángeles, mi amado San Miguel Arcángel, queriendo ser uno de tus devotos y tu siervos,
hoy que me ofrezco, me entrego y consagro a mí mismo, mi familia y lo
mucho que me pertenece bajo tu poderosa protección.
Es pequeña la ofrenda de mi esclavitud, ya que soy un miserable
pecador, pero la hago con un fiel corazón, y recuerda que si a partir
de hoy me encuentro bajo tu patrocinio, ayúdame en toda mi vida para
que mi pecados sean perdonados, el don de amar de corazón a Dios, mi
amado Señor Jesús, y mi dulce Madre María, y darme las subvenciones que se necesitan para alcanzar la corona de gloria.
Siempre defiéndeme de los enemigos de mi alma, sobre todo al final de
mi vida. Venid, pues, príncipe glorioso, y ayúdame a mí en la última
pelea, y con tu poderosa protección líbrame de las profundidades del
infierno. ¡Que así sea!
[…] 2 – Voy a hacer mi consagración a San Miguel para pedirle que cuide de mí como si yo fuera un niño que no puede por sí mismo, sin olvidar que Nuestro Señor le dijo que un tiene la elección, Gabriela Bossis: “Los ángeles son sus hermanos mayores.” Consagración a San Miguel Arcángel. […]