Algo que admirar en el Arcángel San Miguel es el claro conocimiento de su identidad: Arcángel “Gran príncipe” (Daniel 12,1) pero esta identidad recibida de Dios, San Miguel la vive en la más perfecta coherencia en el desempeño de su misión, que es: proteger, defender y aniquilar el mal en donde quiera que se encuentre.

Para realizar con éxito esta misión, San Miguel fue dotado de un gran poder, sin embargo jamás sobrepaso los limites en el ejercicio de su misión. Siempre tuvo una conciencia clara de lo que solo a Dios corresponde como “Único Juez Universal” (hebreos 12,23).

Aunque derrotó al maligno no se atrevió a pronunciar juicio injurioso, sino que dijo: «que te castigue el Señor» (San Judas 9). Gran merito es la humildad en la grandeza y la obediencia en el poder, estas virtudes brillan con gran esplendor en el Arcángel San Miguel. (Maravillosa creación de Dios).

Por: Madre Gloria Segundo Escobedo
Congregación: «Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres»