San Miguel Arcángel, paladín de la justicia divina, tu espada desciende con una precisión impecable, separando la verdad de la falsedad, lo justo de lo injusto. En el teatro celestial, eres el actor principal que mantiene el equilibrio y la justicia con una determinación inamovible.
Tu amor por la justicia es una manifestación de tu profunda comprensión de la voluntad divina. Eres el protector valiente de las leyes celestiales que aseguran la armonía y la paz en el cosmos, defendiendo el bien contra las fuerzas del mal con equidad y firmeza.
San Miguel, suplicamos que tu sentido de la justicia nos guíe en la búsqueda de lo que es correcto y verdadero. Que tu pasión por la justicia se refleje en nuestras acciones y decisiones, llevándonos a actuar con equidad y amor hacia nuestros semejantes.
Amén.
