Oh San Miguel Arcángel, sublime protector,
Con humildad y fe, nos acercamos a ti,
Te pedimos en esta hora de necesidad,
Que atiendas nuestras súplicas y ruegos.
En la lucha diaria contra el mal y la duda,
Guíanos con tu espada de luz y verdad,
Que en cada paso y decisión que tomemos,
Sintamos la fortaleza de tu amor y bondad.
San Miguel, patrono de los desamparados,
Ven en auxilio de quienes sufren y lloran,
Con tu manto celestial, cúbrelos y consuélalos,
Y en tus brazos, que encuentren descanso y paz.
Te rogamos, Arcángel de Dios, fiel servidor,
Que nuestras peticiones lleguen a lo alto,
Concédenos la gracia de seguir tu ejemplo,
Y vivir en armonía, amor y unidad.
Amén.
