San Gabriel Arcángel, Ángel de la Encarnación y fiel mensajero de Dios, haznos atentos a las advertencias suaves y llamamientos urgentes del corazón amoroso de Jesús.
Quédate cerca de nosotros, para ayudarnos a entender la Palabra de Dios, a seguirle, obedecerle y hacer lo que sea su voluntad, despertándonos a la vida, para que a su regreso, el Señor no nos encuentre dormidos. Amen.