Amado Miguel Arcángel, mi buen protector, al amanecer preséntame ante mis ojos todas las ocasiones para obrar el bien, que el nuevo día me depara y no permitas que las menosprecie.
Despierta mi actividad espiritual y dirígela hacia aquellos a quienes pueda colaborar.
Que mi voluntad secundada por tu gracia, produzca todos los días obras dignas de la eterna felicidad.
Así sea y será, (repite la afirmación tres o más veces).